Por Conceição Trucom*

El cuerpo humano necesita de 5 alimentos para funcionar con salud y armonía. Éstos son:

-El agua y los líquidos que tomamos (directa o indirectamente), para viabilizar todos los sistemas de transporte (intercambios, nutrición, excreción, etc.) y comunicación, sea hídrica o eléctrica;

-Los nutrientes y micronutrientes, a través de los alimentos ricos en carbohidratos, proteínas y grasas nutricionales, como también sales minerales, vitaminas, fibras, etc.;

-El prana, que es la energía solar y cósmica, que entra en nosotros a través de la piel y de la respiración;

-El oxígeno que respiramos, para dar energía y vida a los 70 millones de células, y

-La actividad física; para dar fuerza y tono a todos los sistemas.

Y, cuando hablamos de zumos desintoxicantes, nos referimos directamente a 3 de estos alimentos.

Los zumos desintoxicantes, por ser preparados como un cóctel de vegetales crudos (frutas, hojas, raíces, legumbres y germinados), frescos y maduros, cumplen la función de:

• hidratar con el agua y las fibras naturalmente contenidas en los vegetales,
• nutrir de forma efectiva e instantánea, por su estado licuado y
• energizar y vitalizar, pues con su frescor y madurez, contienen elevado tenor de prana.

Bien, los estudios han demostrado que la hidratación diaria, en la forma correcta, es un hábito eficaz para el control de la obesidad. Esos estudios demuestran que, incluso el agua común, actúa como un poderoso moderador del apetito y estimulante del metabolismo.
Pero, ¿y si junto a esta agua, añadimos todo el valor nutricional y energético de los zumos desintoxicantes?

¡Multiplicaremos la posibilidad de éxito!

Las principales explicaciones son que el consumo diario y regular de agua y zumos desintoxicantes nos ayuda a:

• ingerir cerca de 100 calorías menos en cada comida;
• acelerar la quema de calorías en cerca de 30%;
• hacer una limpieza general, o sea, limpiar las toxinas y venenos que perjudican la salud y el trabajo celular, y
• disminuir significativamente la absorción de carbohidratos y grasas.

Parece obvio, ¿no?

El éxito suele estar en lo sencillo. Pero, el secreto, aseguran los especialistas, está en la forma de hidratarse. Es preciso crear hábitos en la cantidad, en la frecuencia y en los momentos adecuados.

La recomendación es tomar un total de 2 litros de agua/día. No es difícil alcanzar esa meta. Piensa en 3 zumos desintoxicantes/día (750 ml), más dos botellines de 500 ml (a mano), para tomar agua siempre que te acuerdes, además del líquido naturalmente contenido en las comidas.

No vale tomar agua o zumos a la hora del desayuno matinal, comida o cena. Toma tus zumos desintoxicantes de 30 a 60 minutos antes de cada merienda o comida principal. De esa forma, sin mayor esfuerzo, se estima que en cada refacción serán consumidas 100 calorías menos, según revela un estudio de la Penn State University, en los Estados Unidos.
Y además, no permanezcas mucho tiempo sin alimentarte o sin tomar líquidos, pues el cuerpo se va quedando deshidratado. En esas condiciones, el metabolismo es 50 veces menos eficiente, o sea, existe una mayor probabilidad de acumular grasas. Toma agua incluso cuando no tengas sed. Cuando llegas a sentir la boca seca, significa que no has consumido la cantidad necesaria de agua, y además, el cerebro, el sistema digestivo y las células ya notan una caída de cuando menos 30% en su eficiencia.

Las investigaciones demuestran que las personas que tienen el hábito de la hidratación regular a lo largo del día, se sienten más saciadas después de comer, en comparación con aquellas que toman líquidos solamente durante las comidas.

Nuestro cuerpo confunde las sensaciones de hambre y sed. Al tomar un buen zumo desintoxicante 30 minutos antes de las comidas, tendrá lugar una natural reducción del apetito y de la compulsión.

Y además, beber 2 vasos de zumo o incluso de agua, acelera la quema de calorías en un 30% durante 30 minutos, según ha revelado un estudio alemán. Como el hambre funciona en oleadas, si tomas 2 vasos de agua cada media hora, mantendrás tu ritmo metabólico elevado durante todo el día.

No es necesario tanto, porque cuando tomamos zumos desintoxicantes y agua regularmente, el organismo mantiene el metabolismo más rápido y se ve obligado a usar sus reservas de grasa para dar cuenta del funcionamiento acelerado. Eso significa que, al tomar zumos desintoxicantes y agua regularmente, buena parte de los carbohidratos ingeridos en cada comida no quedarán almacenados, además de la posibilidad de que sean quemados los excesos de grasa corporal (ya en depósito).

Las células de grasa contienen menor proporción de agua que las demás células del organismo. Al aumentar la proporción de agua, tales células se desestabilizan y tienden a deshacerse.

Algunos trucos:

Prueba a colocar un cubito de hielo en tu zumo desintoxicante. El metabolismo será un 4% más activo. Ello porque el organismo gasta energía para calentarse del resfriamiento provocado por el agua helada.

Sólo en último caso – si no consigues parar de comer aún cuando ya te encuentras satisfecha, prueba a tomar 1 vaso de zumo desintoxicante al final de la comida. Él cortará la compulsión.

Es importante recordar – los zumos desintoxicantes deben ser preparados con vegetales crudos, frescos y maduros (idealmente, orgánicos), deben ser ingeridos inmediatamente después de su preparación y no deben contener azúcar.

Se recomienda la lectura íntegra de su libro ‘Alimentação Desintoxicante’ – Editora Alaúde, para realizar una práctica consciente y responsable.

Em português: Emagrecendo com Sucos Desintoxicantes

Traducción de Teresa - O endereço de e-mail address está sendo protegido de spambots. Você precisa ativar o JavaScript enabled para vê-lo.