Conceição Trucom*
Ansiedad, angustia, miedo, inseguridad, timidez, todos ellos son parientes próximos, diríamos que frutos de un mismo árbol. Aunque la ansiedad contenga atributos orgánicos (es una consecuencia normal del funcionamiento del cuerpo), es una resultante del funcionamiento mental. Se traduce por cierta prisa, ansia para el movimiento, inquietud interior, aflicción del cuerpo, para que aquello que está ocurriendo termine pronto.
También puede aparecer como un deseo exagerado de que algo suceda, como si ese algo fuese muy bueno, deleitoso y agradable. La mente de una forma mentirosa promete que cuando acabemos aquello que nos genera ansiedad, todo quedará tranquilo, quedaremos sosegados, viviremos la gloria o ya no correremos peligro.
La realidad es diferente, pues la ansiedad envicia y, cuanta más prisa tenemos, más la echamos en falta. La mente se habitúa a la prisa y pasa a necesitar de ella. Y nosotros, vulgares mortales, quedamos aprisionados por ella, siempre ansiosos, deseando acabar, llegar allá, y percibiendo (impacientes e impotentes) que siempre hay algo más para hacer.
Ansiedad e Instinto de muerte
La ansiedad es el deseo de acabar, de terminar, de que cese la sensación física y psíquica del contacto con la vida, con la realidad. Este deseo acaba siendo el representante del instinto de muerte, la única manera de acabar con esta sensación. La prisa por acabar desemboca en el deseo de terminar la propia vida. Trágico, pero cuando la ansiedad es exagerada, esta constatación es absolutamente verdadera.
Cómo disminuir la ansiedad con la respiración y la meditación.
Primeramente es preciso comprender que la ansiedad es algo normal cuando no es exagerada. La ansiedad corresponde a la excitación de las neuronas y a su necesidad de descargarla. Normalmente se desencadena cuando la persona entra en contacto con situaciones nuevas y desconocidas, o cuando la situación contiene alto valor afectivo.
Para poder combatir la ansiedad, el primer paso es identificarla. El cuerpo se pone tenso, existe una necesidad de ponerse en movimiento físicamente (mover pies o manos, cierta inquietud general), la respiración se hace más acelerada y el pensamiento se vuelve agitado (muchas ideas pasan por la cabeza de forma acelerada). Algunas veces, la cabeza está confusa y no se sabe muy bien lo que se quiere.
Una vez identificado este estado, hay que enfocarse en la respiración. La frecuencia respiratoria ha de ser disminuida. Inspirar lentamente y llenar los pulmones más o menos al 75%. En seguida se debe espirar y retirar todo el aire del pulmón (incluso con ayuda de las manos en el diafragma), también de forma lenta.
La respiración tiene la capacidad de controlar la vida: el cuerpo y la mente. En verdad, la respiración es la mayor fuente de nutrición y armonización de nuestras emociones.
Este tipo de ejercicio ha de realizarse cuando menos durante 10 minutos y se debe intentar mantener la cabeza vacía. Los pensamientos habrán de salir de la mente con el aire espirado. Los yoghis y las filosofías orientales ya conocen este recurso poderoso desde hade más de 3000 años.
La ansiedad se desencadena por las preocupaciones. Una incertidumbre que despierta el pesimismo y la sensación de que algo muy malo va a ocurrir. Y de que es preciso hacer algo para evitar lo peor y alcanzar las metas y los objetivos. Esta es la hora de parar: cuanto mayor sea la prisa para alcanzar determinado objetivo, mayor será la ansiedad.
No se puede tener prisa para alcanzar objetivos. Es como dicen los refranes populares: El que se apresura lo come crudo o Despacio se llega lejos.
Es lógico que no debemos abrir mano de nuestros objetivos, pero es preciso saber que éstos deben ser alcanzados cuando sea posible y necesario en el plano real, y no en la cabeza. Lo que nos protege es nuestra acción y no nuestras ideas, por tanto las ideas sirven para orientarnos y no para acelerarnos o dictar veredictos mortales.
Por tanto: vacía la cabeza cuando te encuentres ansiosa y confía. De forma lenta, cambiando el ritmo de la respiración llegarás a un punto de protección. Abre mano mentalmente de tus metas y objetivos durante un tiempo. Sólo hasta recuperar el equilibrio. Mente acelerada es mente desequilibrada. (Isaac Efraim).
Si después de atender a la respiración y de vaciar la cabeza no mejorases totalmente, ve a la meditación, ésta te ayudará todavía más.
La salida es el centramiento
La ansiedad nos coloca en la periferia de una rueda que al girar continuamente, pasa por eternos altibajos, inestabilidades e inseguridades. En una hora sentimos alegría, alivio y positivismo.
Después vienen momentos de angustia, sensaciones corporales desagradables (dolor en la boca del estómago, sudores, temblores, vacíos en la cabeza, en fin...) y el pesimismo.
Para salir de estos altibajos, tan desgastadores e improductivos, la gran salida es el centramiento. Al centrarnos, a través de la respiración y de la práctica de la meditación, pasamos a conocernos a nosotros mismos, reconocer nuestras verdades internas, los reales valores del alma y dejamos de estar en la periferia de la rueda.
Centrados en el eje de nosotros mismos, las inestabilidades dejan de existir y de tener sentido o espacio. Estando equilibrados en nuestro eje, la rueda sigue girando en medio de los desafíos de la vida, pero sin los altibajos que existen cuando estamos desconectados de nosotros mismos y de los valores conscienciales.
Tan sólo la práctica de la meditación puede conducirnos a esta valiosa conquista. Usando la técnica meditativa más adecuada a cada tipo de ser y momento evolutivo, percibiremos la ansiedad y nos recogeremos en silencio para nuestro centramiento.
Em português: O que é a Ansiedade?
Traducción de Teresa - O endereço de e-mail address está sendo protegido de spambots. Você precisa ativar o JavaScript enabled para vê-lo.
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Reprodução permitida desde que mantida a integridade das informações e citadas a autora e a fonte: www.docelimao.com.br
* Conceição Trucom (Instagram: @conceicaotrucom) é química, pesquisadora, palestrante e escritora sobre temas voltados para alimentação natural, bem-estar e qualidade de vida. Possui 10 livros publicados, entre eles O Poder de Cura do Limão (Editora Planeta), com meio milhão de cópias vendidas, Mente e Cérebro Poderosos (Pensamento-Cultrix) e Alimentação Desintoxicante (Editora Planeta).