Conceição Trucom*

Cuanto más estudio y escribo sobre la práctica de la alimentación natural y consciente, tanto más me siento como la mayor beneficiaria y este sólo hecho hace que no me falten razones para expresar mi gratitud.

Como beneficio adicional, a través de mis libros, disfruto de la oportunidad de compartir con mis lectores estudios que rescatan sabidurías de épocas remotas y conocimientos modernos, así como el placer que se siente cuando ilumina la mente la clara luz del saber.

Todo lo que encuentro en mis investigaciones, después de pasar por el discernimiento y la comprensión lo pongo en práctica, y una vez adquirida la experiencia, organizo todos los conocimientos adquiridos de forma objetiva y accesible, es decir, lo convierto en un libro y en una guía práctico.

Así pues, continuando con mi labor de divulgar mis estudios sobre temas relevantes de alimentación y salud, dentro de un abordaje natural y purificador, tengo el agrado de presentar este tercer libro de la serie "Alimentos - Nutrición y Salud".

El primero libro trata sobre el poder curativo del limón, ha sido un éxito de ventas en Brasil. Confiamos que en breve este libro conquiste también un lugar destacado en el ámbito internacional. El segundo libro, trata la de la soja, un alimento extremadamente noble, lamentablemente continua siendo víctima del capitalismo salvaje.

Ahora ha llegado el momento del libro "Linaza - Nutrición y Salud". Este trabajo habla de un importante miembro de la familia de las semillas oleaginosas que, en su calidad de alimento bio-activo (que activan la vida),  merece especial atención por parte de aquellos que desean disfrutar de una salud vigorosa y de sentir la alegría de vivir con calidad.

Las semillas oleaginosas, más conocidas mundialmente son las almendras, los pistachos, las avellanas y las nueces. En América del Sur, existe una gran variedad de ellas dependiendo de la región que se considere. Específicamente en Brasil, las oleaginosas más representativas son la castaña de Pará y la castaña de cajú, mientras que las semillas más difundidas son las de sésamo, girasol y calabaza.

Sin embargo, existe una semilla que a pesar de tener milenios de existencia, sólo durante los últimos 20 años ha ganado importancia y se ha re-descubierto como un alimento especial para la humanidad, “la semilla de lino o de linaza”.

Portadora de muchas propiedades terapéuticas, esta semilla rica en aceites vegetales "nutritivos" es en sí misma una forma concentrada de energía y de vitalidad ya que contiene en su interior todo el material y la información genética necesaria para convertirse en una planta adulta.

La semillas de linaza son ricas en proteínas vegetales de alta calidad nutricional, fibras, sales minerales, vitaminas, antioxidantes, enzimas y fito hormonas (hormonas vegetales).

Por todo esto, esta semilla, a pesar de calórica, debe sin duda formar parte de nuestra dieta diaria, sin embargo para que lo hagamos sin tropiezos, en primer lugar debemos buscar adecuada información.

La linaza es una clase de alimento cuyos nutrientes le otorgan propiedades y funciones especiales sobre las células, tejidos y órganos, por lo que recientemente se la ha clasificado dentro del moderno concepto de nutracéuticos; aquellos alimentos que además de nutrir, estimulan el funcionamiento del cuerpo humano con efectos que se asemejan a los de un  "farmaco".

Modernamente también ha surgido el concepto de alimentación “solar”, esto es la inclusión en nuestra dieta diaria de alimentos vivos y ricos en nutrientes provenientes de la fotosíntesis. La esencia de la vida se lleva a cabo en primer término en las plantas. La plantas son, pues, concentradores biológicos de la energía solar. Mediante el consumo de vegetales estamos transfiriendo la energía vital del Sol directamente a nuestro organismo, sin pérdidas.

¿Qué es la semilla de linaza?

Nombre binomial: Linum usitatissimum L.
Familia: Linaceae
Hábitat: Originaria del Oriente Próximo, cultivada en muchos países de clima templado de Europa y América.

Descripción de la especie:

Planta herbácea 40 a 80 cm de altura. El tallo es erecto y las hojas son largas y estrechas. Las flores son de color azul claro con cinco pétalos. El fruto es una cápsula globular o gárgola (imagen del título arriba) que contiene entre 7 a 11 semillas. Cada planta puede tener docenas de frutos.  

La Semilla:

La semilla de linaza tiene un formato plano y ovalado, con borde afilado. Sus medidas típicas son alrededor de 2,5 x 5,0 x 1,5 mm. Tiene textura suave, es brillante, su sabor recuerda a los frutos secos como las nueces. Su color puede variar de marrón rojizo hasta amarillo (oro), lo que sólo depende del contenido de pigmentos de cada variedad o de la técnica de cultivo. Su color no constituye un criterio válido de diferenciación de su calidad. Su color depende solamente de la pigmentación. Mientras más pigmento tenga es más oscura.

Su origen se sitúa en Asia y África del Norte, región donde los animales de gran tamaño como el caballo han sido alimentados con esta semilla desde muy antiguo con el objeto de hacerlos más fuertes frente a los rigurosos inviernos, aprovechándose justamente el valor híper-energético y contenido proteico que esta semilla ofrece.

Más allá del conocido uso textil, la humanidad ha consumido la linaza desde tiempos remotos. Existen indicios de su uso desde 5.000 a.C. en Mesopotamia, extendiéndose desde allí hacia Europa, África, Asia y finalmente a América del Norte. Hipócrates, el padre de la medicina, la recomendaba como un suavizante en el siglo V a.C.

En el año 1.550 la semilla llega al sur del Brasil encontrando allí un ambiente ideal su siembra crecimiento y recolección. Su cultivo continúa hasta hoy en esa región, especialmente debido a tradiciones de colonizadores rusos, ucranianos, polacos, alemanes e italianos, que practicaban esta cultura en sus países de origen.

La agricultura de la linaza requiere condiciones específicas de técnica de cultivo y del clima, factores que sólo se dominan completamente después de varios años de experiencia. En relación con el clima por ejemplo, debe respetarse un ciclo de hibernación de la planta que se realiza a una temperatura de entorno de 0 ºC.

Los mayores productores mundiales son Canadá, EE.UU., India y China, y luego le siguen Ucrania, Rusia, Bélgica, Francia y Alemania. En América del Sur los mayores productores son Argentina, Uruguay y Brasil.

Sin duda una planta noble y que ha demostrado históricamente tener un inestimable valor para la humanidad. Su aprovechamiento es casi total:

•         De su tallo se retiran las fibras para la producción de lino, una tela apreciada que se utiliza desde los albores de la civilización, para confeccionar ropas y otros artefactos.

•         De las semillas se extrae el Aceite que se utiliza en pinturas, barnices y resinas, o cuando la semilla es prensada en frío y se respetan condiciones especiales para su procesamiento, el aceite obtenido se utiliza para el consumo humano.

•         Después de la extracción del aceite, el residuo se procesa y se utiliza en la industria de la alimentación animal (aves, caballos, vacas etc.).

La linaza y sus derivados deben ser utilizados como un complemento de una alimentación sana, puede añadirse a las frutas, vitaminas, pastas, panes, pasteles y cereales. Por sus cualidades nutracéuticas señaladas más arriba, donde quiera que introduzcamos la linaza y sus derivados, siempre estaremos suministrando propiedades nutritivas con la ventaja de fortalecer la salud, incrementar la vitalidad y prevenir enfermedades.

El aceite de semilla de linaza prensado en frío, muy rico en ômega-3, puede tener una tonalidad amarilla-dorada, marrón o ámbar y aparece más viscoso que la mayoría de los aceites vegetales.