Compulsión alimentaria
Conceição Trucom*
Practicar actividades que dan placer es saludable. Pero la situación cambia cuando la búsqueda de placer se vuelve tan imperativa que la persona pierde el control. Es algo irracional que puede afectar a cualquiera. Generalmente son personas perfeccionistas, severas y rígidas, pese a estar dotadas de una personalidad llena de rasgos positivos; pero que no consiguen controlar sus impulsos: pecan a la hora de tomar la decisión de parar o ni siquiera empezar y no consiguen priorizar, ni planificar nada para debelar tal comportamiento.
Tales personas son portadoras de lo que los psiquiatras denominan trastorno de impulsividad. La persona se siente obligada a llevar a cabo la compulsión para olvidar sus problemas; sus vacíos – verdaderos o no.
La compulsión alimentaria se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de alimento, incluso cuando la persona no tiene hambre. Ella come por ansiedad, estrés u otra emoción negativa, tales como la frustración y la inadecuación.
La compulsión alimentaria es un trastorno serio que afecta del 3 al 5% de los hombres y mujeres americanos. Se basa en cuadros de ansiedad y muchas veces puede formar parte de un diagnóstico de depresión.
Características de la compulsión alimentaria:
1. Ingesta de gran cantidad de alimentos en un corto período de tiempo. Hay casos de personas que llegan a ingerir 5.000 calorías en un período de 2 horas (compulsiones graves). Estos episodios se denominan ataques de compulsión alimentaria y no son motivados apenas por hambre orgánica. Aunque exista hambre orgánica, hay detonadores de trasfondo psicológico, normalmente ligados al afecto y al humor, que también están actuando esencialmente.
2. Sensación de descontrol e impotencia. Qué es lo que lleva a una persona a cruzar la línea que separa el comportamiento no compulsivo del patológico, es una duda que ni siquiera los médicos saben responder. Pero hay estudios que relacionan esta enfermedad con las funciones de la región prefrontal del cerebro, y se cree que ese trastorno es consecuencia de un desequilibrio neuroquímico.
3. Preferencia por los alimentos más calóricos, como dulces, frituras y pasta.
4. Comer más rápido de lo normal, la mayoría de las veces no dejando tiempo para apreciar el sabor de los alimentos.
5 .Comer hasta terminar el plato o envase, hasta sentirse cansado o con malestar. La sensación física de incomodidad gastrointestinal es frecuente y resulta del gran volumen de alimento ingerido.
6. Comer a escondidas por vergüenza. El aislamiento social tiene lugar, tanto por la apariencia física (son frecuentes los casos de obesidad y obesidad mórbida), como por el tiempo para ejecutar y recuperarse de los ataques de compulsión.
7. Tras el episodio compulsivo, surgen sentimientos de culpa, de frustración, además de auto-rechazo, lo cual da lugar a que la autoestima sea cada vez más baja. Son frecuentes y corrientes los sentimientos de vergüenza, auto-desprecio, culpa, ansiedad y depresión.
La consecuencia más evidente de la compulsión alimentaria es el aumento de peso. La mayoría presenta exceso de grasa corporal y obesidad en grados variados, lo cual resulta a menudo en complicaciones médicas, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol y triglicéridos elevados, diabetes tipo 2 y gota.
¿Qué hay que hacer?
Hay dos razones básicas para el acto de alimentarse: nutrición y placer. Por tanto, alimentarse es una decisión consciente.
Comer es echar cualquier cosa gaznate abajo. Puede no ser una decisión consciente.
En la compulsión, ni la nutrición ni el placer están presentes. Por lo regular, lo que se elige no es beneficioso para el organismo y tampoco existe satisfacción, pues caso la hubiese, se llegaría a la saciedad.
Reconocer que existe un problema. Reevaluar nuestras creencias respecto de la finalidad de la alimentación.
Caben 2 preguntas básicas:
1. ¿Qué agujero estoy tratando de tapar con esta compulsión?
2. ¿Qué necesidades estoy intentando satisfacer a través de la comida?
Es importante notar que la persona puede tener deseos de comer, sin que necesariamente sienta hambre. Por eso es preciso que te des la oportunidad – el tiempo – para dialogar con tu cuerpo y observar si lo que sientes es hambre, o puede ser soledad, tedio, frustración, incapacidad afectiva, etc.
Todos los casos de compulsión, incluso los más graves, son susceptibles de ser tratados. Sin embargo el tratamiento es multidisciplinario:
· Un psicólogo ayudará al paciente a descubrir el por qué de su comportamiento compulsivo y nuevas maneras de lidiar con las cuestiones psico-emocionales que desencadenan este tipo de comportamientos. Hay relatos de personas que se han curado con tratamientos del tipo de compulsivos anónimos.
· Un nutricionista está indicado para la reeducación y planificación alimentaria.
· Actividades físicas, de esparcimiento, de relax, de meditación y artísticas, serán también importantes, no sólo para desviar la atención, como también para provocar una nueva alquimia en el cuerpo y en el cerebro.
· Al mismo tiempo, en último caso, o sea, dependiendo del grado, existen nuevos medicamentos que son útiles en la reducción de la compulsión y en el control de los trastornos asociados, como la ansiedad y la depresión, que pueden ser indicados por un médico.
¿Qué no hay que hacer?
No hagas dietas restrictivas y sin orientación de un profesional cualificado. Muchas veces, la compulsión alimentaria llega a desencadenarse a causa de dietas restrictivas.
No te automediques con drogas para adelgazar, pues podrían complicar el cuadro, muchas veces de forma irreversible o letal.
No hay que aislarse socialmente, pues tal comportamiento tan sólo retroalimenta los ataques de compulsión.
No hagas tus compras cuando te sientas más débil emocionalmente. Aquello que compres, lo vas a comer. Lo adecuado es tener una despensa sin muchas tentaciones.
Jamás dejes de buscar ayuda. Recuerda que la óptica de tu cerebro no es real.
Factores de riesgo
Genéticos: aún están en estudio, pero ya se ha comprobado que existe influencia genética hereditaria. Los estudios ya demuestran que la incidencia de trastornos alimentarios en gemelos idénticos es mayor que en los mellizos.
Ambientales: formar parte de hogares o culturas en que hay un gran consumo de comida, o en que las personas se sirven de la comida como factor de agregación.
Metabólicos: según algunas pesquisas, ciertas personas podrían presentar una especie de fallo en el sistema de saciedad. Ese sistema es el responsable de que paremos de comer cuando nos sentimos satisfechos. En el caso del compulsivo, ese estímulo para cesar de comer indicando que el apetito ha quedado satisfecho, sería recibido en su cerebro muy tardíamente. Esto le obligaría a comer más que las otras personas para sentirse satisfecho.
Culturales: comparto la opinión del psicólogo Elias Korn, del Programa de Orientación y Atención a Dependientes de la Unifesp, que el descontrol compulsivo es una consecuencia de la sensación que tiene el hombre de sentirse prisionero, al tener que cumplir normas rígidas en el trabajo y en casa. Según dice: “la compulsión es una tentativa de recuperar la autonomía.” Al mismo tiempo, existe una apología del consumo salvaje, principalmente de alimentos “vacíos” y “engordadores”.
Psicoemocionales: la compulsión alimentaria es una enfermedad “del organismo como un todo”, que compromete el físico, el humor y, en consecuencia, el pensamiento. Altera el modo que tiene la persona de contemplar el mundo y sentir la realidad, el cómo entiende las cosas, manifiesta las emociones, siente la disposición y el placer de la vida. Afecta a la forma en cómo la persona se alimenta y duerme, cómo se siente con relación a sí misma y cómo piensa acerca de las cosas. Es, por lo tanto, tal como la depresión, una enfermedad afectiva o del humor.
Webgrafia:
Compulsão Alimentar: http://gatda.psc.br/compuls%C3%A3o.htm
Compulsão transforma prazer em obrigação: http://www.mensa.com.br/pag.php?p=18
Em português: Compulsão Alimentar
Traducción de Teresa - O endereço de e-mail address está sendo protegido de spambots. Você precisa ativar o JavaScript enabled para vê-lo.
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Reprodução permitida desde que mantida a integridade das informações e citadas a autora e a fonte: www.docelimao.com.br
* Conceição Trucom (Instagram: @conceicaotrucom) é química, pesquisadora, palestrante e escritora sobre temas voltados para alimentação natural, bem-estar e qualidade de vida. Possui 10 livros publicados, entre eles O Poder de Cura do Limão (Editora Planeta), com meio milhão de cópias vendidas, Mente e Cérebro Poderosos (Pensamento-Cultrix) e Alimentação Desintoxicante (Editora Planeta).
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