Por Conceição Trucom*

Alimentarse significa nutrirse. Un hábito diario, que implica varias refecciones con intervalos de 3-4 horas; su objetivo es alimentar el organismo con todos los nutrientes básicos para el sostenimiento de la vida. Son ellos los carbohidratos (energía), proteínas (construcción celular), grasas nutricionales (equilibrio hormonal), vitaminas, enzimas, sales minerales, antioxidantes y otros más.

Sin embargo, comer significa, según el Diccionario Aurelio, echar cualquier cosa gaznate abajo. ¡Bonita diferencia!

Pensemos en la siguiente situación: un concurso para seleccionar al responsable por el menú diario de un colegio interno – desde primer curso hasta el nivel medio.

Después de una selección previa, quedaron finalistas un cocinero y un médico. El examen final consistirá en la confección de un menú, cuyo fundamento sea: lo que más vaya a agradar a niños y adolescentes.

Antes de servir las comidas, cada uno de los concursantes deberá dar una charla a los estudiantes, sobre su profesión y los motivos por los cuales conceptúan a sus platos como importantes para los alumnos.

Para juzgar y puntuar, el director del colegio ha seleccionado a un grupo de alumnos. Siendo así, la decisión final escogerá cuál de los dos concursantes, el médico o el cocinero, será el responsable por el menú diario de los alumnos.

El médico, con su formación, sabe cuáles son los alimentos más nutritivos y sus combinaciones, los más adecuados para el buen desarrollo de los críos. Sus platos están basados en alimentos integrales, muchas verduras, legumbres y frutas, nada de frituras, azúcar, congelados o industrializados.

El cocinero, bastante interesado en agradar a las papilas de los jurados, presentó ricos postres azucarados, frituras y todo muy colorido artificialmente.

Con relación al discurso de cada concursante, el médico habló de salud, disposición, vitalidad, capacidad de concentración, y la necesidad de prevenir enfermedades, como anemia, diabetes, osteoporosis, obesidad y enfermedades cardiovasculares: niños, esto lo hago con el firme propósito de proporcionaros mucha salud.

El cocinero, en cambio, dijo: no deseo preparar para vosotros comidas difíciles de masticar, con sabores extraños, ni alpiste, ni hierbajos. Mi comida es linda, brillante, tiene mucho sabor y aroma, que os llega hasta la sala de clase, antes incluso de acercaros a la cantina. Sois jóvenes y no tiene sentido privaros de tantas cosas sabrosas tan sólo por prevenir dolencias que ocurrirán, si ocurren, dentro de muchos años.

¿A quién consideráis que escogerían los críos?

¿Al que proporciona sabiduría, salud y consciencia, o al que solamente proporciona practicidad y placer?

El caso es que: EL PLACER aislado NO es objeto del conocimiento.

Sin embargo, el BIEN SÍ ES objeto del conocimiento.

Siendo así, el acto de alimentarse es un BIEN, pues en este acto podemos deleitarnos con el placer de los sabores, aromas y texturas naturales, y al mismo tiempo promover estados de salud, lucidez y mayor consciencia.

Este texto forma parte del libro Exercícios cerebrais – Por que e como praticá-los? – Conceição Trucom

Traducción de Teresa - O endereço de e-mail address está sendo protegido de spambots. Você precisa ativar o JavaScript enabled para vê-lo.